ATENEO DE SEVILLA

José Manuel Puelles de los Santos

Semblanza de José Manuel Puelles de los Santos, por el Dr. D. Alberto Máximo Pérez Calero, Presidente del Ateneo

Nació el dieciséis de enero de mil ochocientos noventa y cuatro, en la calle Fabiola, número 20 de Sevilla. Hijo de José Manuel Puelles Ruiz y de Pastora de los Santos Martín. Su juventud quedará marcada por la enfermedad de su padre que por estar trabajando a diario con los rayos X –desde su descubrimiento en 1895, hasta nueve días antes de su muerte en 1925– tuvo que ayudar en Puebla de Cazalla, moviéndole como podía los pedales a una máquina de Winshurt, que fue su primer aparato productor de rayos X y curándoles las heridas que esta radiación le producía. El distrito universitario de Sevilla, a través del Instituto General y Técnico, certificaba que: “D. José Manuel de Puelles y de los Santos, ha verificado en este establecimiento los dos ejercicios del grado de bachiller el día veinticinco de mayo de mil novecientos doce, habiendo obtenido en ambos la calificación de aprobado”. El 9 de septiembre de 1912 quedaba matriculado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Sevilla; en el transcurso de sus estudios de medicina conoció a personajes de la categoría de José María Romero Martínez, Rogelio Buendía, Luis Claudio Mariani, José Monge Bernal (presidente del Ateneo), Pedro Rodríguez de la Borbolla, José Montes Sierra, Eloy Domínguez Rodiño, Sebastián García y Bravo-Ferrer e incluso Madame Curie en 1918, con motivo de la celebración del Congreso Nacional de Medicina celebrado en Madrid. Además, en 1919 escribió su libro de poesía Rosas de sangre, que presentó en el Ateneo de Sevilla, gracias a la ayuda prestada por Tomás Salvago, vicepresidente de la sección de literatura. Concluyó sus estudios médicos el año 1920 con la calificación de sobresaliente. En septiembre de 1922 le fue encomendada la dirección facultativa del Sevilla F.C. en su campo de la avenida Reina Victoria, labor que desarrolló junto al entrenador Eugenio de Eizaguirre. Por entonces el Dr. Puelles se preocupaba con todos sus medios del problema de la tuberculosis.
 La muerte de su ilustre padre, el recordado doctor José Manuel Puelles Ruiz, ocurrida el 3 de octubre de 1925, influyó notablemente en nuestro biografiado, quien se dedicó a su consulta de electro-medicina radiológica, haciéndose cargo del puesto de redactor científico de El Liberal (Sevilla), desde donde realizó una interesante labor en pro de la medicina y nuestra ciudad. El 11 de febrero de 1926 apareció por vez primera en la “Tertulia Republicana” en un acto, que bajo la presidencia de Martínez Barrio, significaba la unión de las fuerzas democráticas sevillanas. Al año siguiente, concretamente el 23 de mayo, es designado vocal de la junta directiva del Ateneo de Sevilla –era socio desde el 1 de enero de 1915– presidida por Manuel Blasco Garzón. Ese mismo año fundó en el mes de octubre la revista Archivos sevillanos de medicina y cirugía, junto a su amigo y eminente médico José María Romero Martínez. Con ocasión de las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, se presentó por la coalición republicano-socialista, siendo designado concejal del Ayuntamiento de Sevilla (cargo de ocupó hasta el 8 de junio de 1936). El 1 de agosto de ese año es nombrado teniente de alcalde, presidente de la Comisión de Asistencia Pública Sanitaria, desde cuya presidencia llevará a cabo reformas en la salubridad de las aguas, aumentando la dotación y servicios de las casas de socorro, abrirá casas de baños públicos, etc. Por su continua labor en pro de nuestra ciudad es nombrado el 3 de febrero de 1934 presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, siendo cesado el 27 de septiembre del mismo año. Su programa regeneracionista se resume así: “Honradez en el propósito, claridad, austeridad administrativa y seriedad en la conducta”. El segunda mandato al frente de la Excma. Diputación le llegó con el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. Desde su cargo luchó a favor de las clases sanitarias, las instituciones benéficas, alentando a la Junta Liberalista en el logro del anteproyecto de bases para el estatuto de Andalucía, etc.
 El 18 de julio de 1936, tras presidir un acto en la Diputación, se dirigió al Hotel Majestic donde le esperaban amigos del partido. Estando en dicho hotel, recibió una llamada telefónica, ofreciéndole un avión para salir de Sevilla, ante el peligro que le atenazaba. Él, sin inmutarse exclamó: “Nada tengo que temer, me avala el pueblo de Sevilla”. Al instante fue detenido. Moría tras ser fusilado el 5 de agosto de 1936. Contaba 42 años de edad. Su espíritu, alteza de miras, amor a Sevilla y su “aire de libertad” permanecen en nuestro recuerdo de manera perdurable. 

Alberto Máximo Pérez Calero
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